Lila
es una perra teckel negra que me regala su amistad todos los días. URI, en cambio, es una diosa: es la Unicornia Rosa Invisible.

De vez en cuando URI le hace alguna revelación a Lila -vaya Vd. a saber por qué- y Lila,
si le parece, me cuenta lo que cree haberle entendido a URI mientras paseamos por la Dehesa de la Villa. Yo me limito a transcribir en este blog algunas de estas fantasías perrunas. Para mí es un ejercicio de expresión escrita sin otro objeto que dar forma a las ideas informes que circulan por las cabecitas de los perros; ideas que, por otra parte, los perros no suelen contarnos a menudo, puede que por educación... o por prudencia; o porque no son muy habladores, o porque no les prestamos atención. ¡Yo qué sé!

Tú, lector, no tienes por qué sentirte obligado a leer estas monsergas; si lo haces, quedas advertido de que las revelaciones de la diosa URI, aunque sean indirectas, o quizás por eso, pueden causar daños irreversibles en el intelecto.

13 de junio de 2011

Ovejas y lobos

Lobo con piel de oveja
- URI ¿cómo es posible que las ovejas se precipiten en las fauces de los lobos?
- La psicología de las ovejas no es una ciencia muy compleja, Lila, pero a veces tiene sus “paradojas”. Generalmente las ovejas, cuando la amenaza no es inminente, resuelven sus problemas de defensa preventiva apretujándose unas contra otras, agachando las cabezas y escondiéndolas entre las patas de las otras ovejas. Así, se dan cobijo, calor y, de paso, no ven nada de lo que sucede a su alrededor. Con esta formación, un grupo de ovejas parece una masa compacta, sólida e inabordable. Además, a pesar de la pasividad, la apariencia del rebaño así, apretujado, puede desanimar a los potenciales depredadores.
- Ya... Pero no por eso los lobos desisten.
- Lila, no digas “lobos”, que son animales protegidos y está mal visto hablar de ellos como si no tuvieran modales. Di “depredadores”, que es más, cómo te diría... más en línea con la igualdad de trato. Si dices “lobos” parece como si focalizaras en esta especie la maldad de matar ovejas, pero si dices depredadores, pues la cosa cambia: ya no pones a una especie singular bajo el foco de atención y de la discriminación de los humanos.
- Jo, URI, ¡cómo te gusta enrollarte! Debe ser que los dioses no podéis evitar hablar de todo... No sé si te das cuenta o si lo hace adrede, pero, y perdona que te falte un poco al respeto, pero ¡es que estábamos hablando de otra cosa, joer!.
- ¿Y de qué hablábamos, entonces?
- Estábamos hablando de que, a veces, parece que son las ovejas las que se precipitan hacia los lobos, como si los atacaran, en una suerte macabra de ataque suicida, vamos... el mundo al revés.
Rebaño de ovejas
- ¡Ah, sí! Bueno, pues como te iba explicando, a pesar de la estrategia defensiva de las ovejas, los lobos, que las conocen bien, lo que hacen es correr alrededor del apretado grupo, aullando y mordiéndolas las patas de las ovejas que dejan sus cuartos traseros fuera del grupo. Las ovejas mordidas, en vez de permanecer quietas y firmes en sus posiciones, presas del terror y del dolor, abandonan la formación corriendo entre los lobos atacantes, que las matan allí mismo, sin piedad. El resto de las ovejas, aterrorizadas también por los aullidos de los lobos y los balidos de las ovejas malheridas, presas también por el pánico, comienzan a correr tratando de huir de los lobos. Estos, que no cazan alocadamente y que se conocen al dedillo de la conducta de las ovejas, mientras algunos de ellos las asustan, muerden y atemorizan, otros las esperan a la salida del redil. Así, puediera parecer a algún observador, que las ovejas que corrieran en busca de la salvación, se precipitaran en las fauces de los lobos, lo que significa, claro está, una muerte segura.
- ¡Qué listos son los lobos, eh URI!
- Bueno, lo de los lobos son millones de años de evolución: es un ejemplo perfecto de trabajo en equipo que explota la indefensión y el terror de las ovejas.
- El caso, URI, es que con lo que me cuentas no acabo yo de entender bien algunas cosas...
- ¿El qué?¿Qué cosas?
- No, nada, es que mi amo se pasa el día cabizbajo y murmurando: “es como cuando las ovejas se precipitan en las fauces de los lobos...” Me preocupa el hombre...
- Lila, sigue mi consejo: no le des mucha importancias. En mi opinión, tu amo necesita verbalizar sus sentimientos. Ayúdale.
- Sí ¿pero cómo?
- Pues, para empezar, debes de corretear menos detrás de los pájaros y hablar más con tu amo. ¡Creeme!.
- No si yo ya te creo. ¡No será por falta de fe! Pero es que mi amo está como ido. No se centra en nada después de las elecciones...
- Sigue mi consejo y habla más con él. Se le pasará. Ya verás.

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